La Clarividencia del Unicornio
Fragmentos
El alma fuera del cuerpo
—Su animalidad instintiva era algo que necesitaba tanto… Mis padres siempre fueron como espectros mentales ausentes. Yo me crié como una lechuga hidropónica flotando en la mismísima nada emocional. Tenía que traer las buenas notas, hacer las tareas curriculares, jugar hockey e ir a natación… Terminé con la psicóloga porque me provocaba aquellos vómitos… En realidad, sentía que mi alma flotaba encima de mi cuerpo, y yo manejaba un avatar falso en este planeta.
La trampa de la ingenuidad
Como psicólogo sabía que (el cuento de) Blancanieves era un mensaje subliminal de consuelo para aquellas niñas que tienen que atravesar una larga crianza con una madre narcisista que las desprecia y que compite con ellas. Y desde que las pequeñas buscan incesantemente la imagen amorosa y divina en sus madres, la negación constante de aquellos aspectos egoístas las deja vulnerables e indefensas. La madrastra es pues, la imagen oscura no reconocida de su propia madre, de aquella mujer que no consiguió sacrificar su propio anhelo de recibir para ser capaz de dar.




El triunfo de la inocencia
—Me figuro que el unicornio representa la pureza o la inocencia del alma espiritual.
—Si seguimos esa idea, desde que vinimos a este mundo comenzamos a buscar esa inocencia que teníamos antes de nacer en esta tierra extraña. Naturalmente, solemos hallarla en los cuidados de quienes nos reciben en la familia humana; pero, con el paso de los años, vamos dándonos cuenta de que tenemos que ocultar esa luz de inocencia y eventualmente matarla en nosotros. Si no lo hacemos nosotros, otros lo harán, porque ya antes de llegar a la adolescencia notamos que esa luz es atacada y perseguida en este mundo.
La intuición no brota contemplando, sino haciendo
—Fijar lo volátil significa, lisa y llanamente, que tu espíritu descienda hasta tus mismísimas entrañas —me dijo—. Ahí estás todo fatigado y sudoroso porque pusiste a tu metabolismo y tus extremidades físicas a cargar mucho peso. Esa acción transformó el mundo para bien, y es quizá lo más espiritual que hagas hoy. Para el mundo del espíritu, que seas un gestor de acción en este mundo te hace colaborador con las jerarquías espirituales que no tienen el cuerpo que tú tienes para operar. Cada noche que te entregas al sueño, y tu cuerpo astral se libera del cuerpo físico, las jerarquías no te preguntan qué pensaste en la vigilia, ni qué sentiste… Te preguntan qué hiciste. Lo espiritual está en la acción y la voluntad, porque para eso vinimos, para alquimizar las cosas en este mundo.




La clarividencia del Unicornio para escapar de la hipnosis colectiva
La omnipresencia del símbolo del unicornio en nuestra cultura aún podría ser un recordatorio emergente de nuestro inconsciente colectivo. Si el cuerno espiralado de su frente representase el desarrollo del Tercer Ojo como vía de recuperar la clarividencia y la comunicación con realidades superiores, tal vez podría ser la única salida humana para revertir el embrutecimiento de nuestra individualidad materialista y hacer caer la mentira que se sostiene por la sugestión del entretenimiento y de los poderes dominantes. (…) El Unicornio, así, expresado con mayúsculas, podría no ser una fantasía ni una ficción excéntrica del posmodernismo. Quizá estuviese allí para intentar traer un mensaje vivo para reconectar con la sintonía que libera de venenos a nuestra alma sumida en la desesperación.
El León, la Dama y el Unicornio
La Dama-Alma puede aspirar a ingresar al portal dimensional de los grandes Misterios. El León nos mira con fiereza desde este primer tapiz: ¿acaso tu alma podría asemejarse a la de esta bella Dama coronada?, ¿o mejor ya te retiras antes de que me lance sobre ti?
—¿Y cómo nos «comería» el León concretamente hablando? —pregunté.
—Todos nosotros estamos reproduciendo efectos en el mundo, tal como los conejitos se reproducen en estos tapices —explicó Eveline—. Puedes estar produciendo un bien en tu servicio y tu trabajo diarios, con consecuencias benefactoras y sutiles de una magnitud que ni puedes imaginar. O puedes hundirte en un fango de ataduras kármicas con todos los seres que dañas por el hecho de moverte por tu ego ofendido o ser cómplice de negocios que promueven la adicción, la degradación y la indignidad. Por tanto, «el León que te devoraría» sería el impulsarte enceguecido por la pasión de las apariencias, lo que te preparará un camino futuro de enormes sacrificios para limpiar lo que has hecho en contra de tu humanidad.
—O sea que el León representa nuestra fuerza y nuestra acción en el mundo —reformulé.
—Sí, ese es el magnetismo sulfuroso propio de nuestro lado derecho, el hacer en el mundo exterior. Y para asegurarnos de que estamos haciendo lo verdadero, necesitamos una cabeza cuya clarividencia esté sintonizada como el tercer ojo de nuestro Unicornio interior; y, equilibrando a ambos desde el centro, que nuestro corazón sea puro y misericordioso como el de la Dama que rige la sensibilidad humana.



